Por Nelson Marín Hernández
Relaciones
Socio-Afectivas
El bienestar socioafectivo es el conjunto de factores biológicos, contextuales y relacionales que permiten a las personas sentirse bien, en un sentido global y holístico. Es, en definitiva, sentirse bien con uno mismo y con el contexto material y social en el que se vive.
El bienestar socioafectivo es el conjunto de factores
biológicos, contextuales y relacionales que permiten a las personas sentirse
bien, en un sentido global y holístico. Es, en definitiva, sentirse bien con
uno mismo y con el contexto material y social en el que se vive.
El concepto de bienestar socioafectivo hace que la felicidad
y la salud pasen de ser fenómenos que deben ser tratados individualmente a
fenómenos mucho más complejos, para los que también cuenta la gestión pública y
colectiva del entorno.
En este ámbito, enfrentar y resolver conflictos de manera
pacífica, mantener buenas relaciones interpersonales, comunicar asertivamente
los sentimientos e ideas, promover estados de calma y optimismo que permitan
alcanzar objetivos personales, académicos y comunitarios, empatizar con otros,
tomar decisiones responsables, evitar conductas de riesgo, entre otras, son
todas habilidades socioafectivas fundamentales para el desarrollo de la mayoría
de los aspectos de la vida familiar, escolar y social.
Habilidades como éstas se aprenden y se desarrollan desde
los primeros años de vida; y ellas, como toda dimensión del desarrollo humano,
van evolucionando a lo largo del tiempo. Es por esto que no es posible
enseñarlas o desarrollarlas de una vez, sino que al igual que las habilidades
intelectuales requiere de estimulación continua que les permita ir
evolucionando a etapas de mayor desarrollo.
Se ha estudiado, que el formar en habilidades socioafectivas
tiene un profundo valor en sí mismo al ofrecer el desarrollo de herramientas
que permitan a las personas desenvolverse, relacionarse mejor, y tomar
decisiones de acuerdo a sus prioridades valóricas, en un mundo cada día más
complejo y lleno de mensajes valóricos contradictorios. Estudios demuestran
cómo, además de promover la salud mental y bienestar personal, beneficia el
desarrollo ético y ciudadano, la prevención de conductas de riesgo, mejoras
sobre el ambiente y clima escolar, y aumento de la motivación de logro y del
aprendizaje académico, entre otras. En particular, se ha observado que cuando
las personas desarrollan y fortalecen
estas habilidades, son educados y viven en un ambiente que estimula su
desarrollo y su bienestar personal y social, van a estar más motivados y mejor
equipados para:
- Ser individuos efectivos y exitosos;
- Alcanzar buenos logros académicos;
- Reconocer y manejar sentimientos que afectan su desempeño (como la frustración, el estrés, la rabia y la ansiedad);
- Promover el logro de sus objetivos y metas personales, familiares, comunitarias y académicas;
- Persistir ante las dificultades, superar los obstáculos;
- Tener y mantener buenas relaciones interpersonales;
- Trabajar colaborativamente;
- Enfrentar y resolver conflictos o problemas de manera pacífica y justa;
- Desarrollar autodisciplina y manejar su conducta en contextos diversos;
- Reconocer y actuar a favor de sus derechos y de los demás;
- Comprender y valorar las diferencias y semejanzas entre las personas, respetando los derechos de los demás a tener creencias y valores diferentes de los propios;
- Tomar decisiones responsables, evitando conductas de riesgo
Diversos autores han desarrollado clasificaciones para
organizar estas habilidades en subgrupos, áreas o dimensiones. En esta línea,
un primer acercamiento a estas habilidades fue realizado por Howard Gardner,
quien en su obra Estructuras de la Mente, 1983, elabora una teoría de la
inteligencia, criticando la idea de que ésta sea una entidad única y general, y
proponiendo la existencia de una serie de inteligencias independientes. Bajo la
denominación de Inteligencias Múltiples, incluye habilidades diversas bajo la
clasificación de: Inteligencia Lingüística, Inteligencia Musical, Inteligencia
Lógico-Matemática, Inteligencia Espacial, Inteligencia Cinestésico-corporal e
Inteligencias Personales.
Dentro de esta última incluye la Inteligencia Interpersonal
y las Habilidades Socioafectivas. En particular, la inteligencia interpersonal
que corresponde a la habilidad de advertir y establecer distinciones entre las
otras personas, en cuanto a sus estados de ánimo, temperamentos, motivaciones,
intenciones. Representando la capacidad de ampliar la propia perspectiva para
incluir la de otro, logrando comprender las necesidades de las demás personas
(Gardner, 1983).
Por su parte, la inteligencia intrapersonal, correspondería
a la capacidad para comprenderse y conocerse uno mismo: acceder y reconocer sus
propios sentimientos, afectos y emociones; junto con comprender y guiar su
conducta, hacia la satisfacción de las propias necesidades y metas, en base al
reconocimiento de los recursos y debilidades personales (Gardner, 1983).
Las habilidades socioafectivas son educables, en la medida
en que se van fortaleciendo y estimulando durante el desarrollo del individuo,
especificando que frente a ello, la escuela se constituye en una instancia
socializadora privilegiada para su formación.
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