Fases De Un Plan
De Acción En Coaching
En busca de identificar, validar y disolver los
límites que existen en la capacidad de acción y aprendizaje del coachee, según
lo indicado por Coach & Coachee (2016) “el coach debe recurrir a un proceso
ordenado de etapas que permitan al participante comprender y alcanzar la
potencialidad de sus habilidades en pos de alcanzar resultados sin precedentes,
este proceso es definido técnica y procedimentalmente como plan de acción”
(s/p). A continuación, las etapas que componen este proceso:
FASE I: Sesión inicial de expectativas,
compromiso y acuerdo entre coach y coachee
de acuerdo a la opinión de expertos en esta
metodología como Salazar (2016):
Es la fase más importante, dado que es aquí donde se
debe plantear la base en la cual sostener todo el proceso. Es crucial por parte
del Coach lograr transmitir claramente a los participantes cuál es el objetivo
que se persigue y qué se espera de su parte, dado que el compromiso que cada
Coachee asuma repercutirá directamente en los resultados finales. (p.22)
Como
principales acciones que deben llevarse a cabo en esta etapa se pueden
mencionar las siguientes:
Explicar el concepto de Coaching a los participantes,
sus implicaciones, competencias y las distintas fases del proceso.
Establecer las condiciones del proceso (duración,
timing por sesión, etapas de revisión).
Analizar las necesidades de los participantes a
través de preguntas (abordamiento de expectativas y proceso de escucha activa).
Identificar y analizar los objetivos de cada
participante (diagnóstico de motivaciones intrínsecas y extrínsecas,
resistencias y predisposiciones al cambio).
Sondear los resultados esperados por cada Coachee
hacia el final del proceso.
Establecer un Plan de Acción o Carta de Compromiso
entre Coach y Coachee (documento expresado a través de declaraciones que debe
servir de guía donde registrar en forma periódica el nivel de progreso
conseguido). (p.23)
FASE II: Puesta en marcha de las acciones
dirigidas a alcanzar los objetivos establecidos por cada participante en su
plan de acción.
El rol del coach en esta
faceta es la de asistir a los coachee, atender las problemáticas que pudieran
surgir e intentar ser la guía que mantenga a cada participante enfocado en el camino
correcto hacia los resultados sin precedentes. Las acciones a desarrollar en
esta etapa, según lo indicado por Salazar (2016) son:
Definir prioridades de manera
conjunta, siguiendo el plan con tiempos y controles; ayudar a los participantes
a guiar sus acciones hacia el logro de los objetivos; revisar los progresos y
valorar las acciones, su impacto y resultados intermedios; motivar a los
integrantes del proceso y orientarlos al logro de metas (p.23)
En esta fase se debe analizar
las acciones que cada coachee está implementando y los resultados parciales que
va obteniendo
durante el proceso, con objeto de reforzar aquellos comportamientos que estén
aportando al objetivo final, y corregir aquellos que produzcan el efecto
contrario. Se hace necesaria, entonces, una continua supervisión e intervención
por parte del coach hasta el final del proceso.
Según lo indicado por el
especialista citado con anterioridad “muchos autores defienden que esta etapa
es realmente importante para no encontrar sorpresas al momento de la evaluación
de desempeño final. La revisión y seguimiento del desempeño de los
participantes debe ser un proceso continuo” (p.24). Por medio de las revisiones
intermedias puede surgir la necesidad de adaptar o modificar algún objetivo
debido a sucesos que puedan haber ocurrido. Haber fallado en la consecución de
un resultado, o haber quedado muy por debajo del desempeño al final esperado
puede deberse a numerosas situaciones, por lo que el seguimiento periódico del
desempeño de cada coachee es fundamental para tomar medidas correctivas a
tiempo en caso de necesitarlas.
En este sentido, se hace
clara, la necesidad de hacer pequeñas revisiones de desempeño donde efectuar una especie
de punto de control sobre el progreso del participante con relación a los
objetivos de su plan de acción. Por lo manifestado por Salazar (2016) dentro de
la etapa de seguimiento, “el feedback resulta ser la herramienta por excelencia,
entendiendo como tal a las devoluciones que el coach da sobre el desempeño del
participante respecto a los resultados parciales obtenidos en cada revisión”
(p.24), siendo algunas de las principales características del feedback las
siguientes:
Inmediato o cercano en el tiempo al comportamiento
observado, tanto para corregir un bajo desempeño, como para dar un refuerzo
positivo a un alto rendimiento.
Fundamentado en la percepción contrastada con hechos
y comportamientos.
Basado en el "hacer" de la persona, no en
su "ser". Esto quiere decir que cuando se da feedback, éste debe
vincularse a un comportamiento específico, no a características inherentes al
participante.
Directo y específico sobre uno o varios
comportamientos.
Ofrece alternativas, siempre encauzando el desempeño
hacia el logro de los objetivos
Bidireccional, el feedback tiene mucha más fuerza
cuando no sólo se produce desde el coach hacia el coachee, sino que también en
forma inversa. De este modo, se convierte en una herramienta muy importante de
mejora para todos.
Dirigido a la mejora continua y consecución de los
objetivos. (p.24)
Esta labor se hace
especialmente necesaria cuando alguno de los colaboradores trata de llevar a la
práctica
habilidades recién aprendidas y no está muy seguro de cómo o dónde comenzar.
Para desarrollar esta técnica es necesario por parte del coach:
Tener en claro el perfil del
coachee, habiendo profundizado en sus puntos fuertes y puntos a mejorar en su
desempeño; tener cercanía con la actividad que desarrolla el evaluado y dar
apoyo en su desempeño. Este apoyo puede ser diferente dependiendo del grado de
experiencia del coach respecto a las actividades en cuestión; reforzar el
comportamiento positivo para fomentarlo y motivar al participante; corregir el
comportamiento negativo para guiar al participante hacia el objetivo. (p.24)
FASE III: Fase
análisis
Las acciones a desarrollar en
esta fase según recomendaciones de Salazar (2016) son “revisar el cumplimiento
del plan de acción entre el coach y cada participante; evaluar los resultados
finales obtenidos; elaborar el informe final de gestión. (p. 25). En esta etapa
se llega a la fecha límite pautada al inicio del proceso que marca el cierre y
conclusión de actividades destinadas al cumplimiento del plan de acción.
La evaluación de resultados
tiene su fundamento en la observación de conductas, siendo en este caso la
conducta observable, el desempeño del participante en su puesto de trabajo,
traducido en los diferentes objetivos del plan de acción. Al respecto, es destacable
que existen numerosas formas de realizar una evaluación de resultados, y cada
metodología de coaching admite diferentes maneras de llevarlas a cabo, de
acuerdo a la perspectiva que tenga cada proceso en particular. Suele suceder
que se combinen dos o más criterios de evaluación, dado lo flexible que es este
tipo de proceso
Referencias bibliográficas:
Coach
& Coachee (2016). ¿Qué es
el coaching? [Documento en línea]. Disponible: www.coachcoachee.com/que-es-el-coaching/ [Consulta: 2019, Marzo 16].
Marín Nelson (2019). Plan de acción fundamentado en coaching y PNL para el fortalecimiento de las relaciones socioafectivas en el entorno vecinal y comunitario. UJAP. Centro De Extensión. 2019
Salazar
(2016). Herramientas de evaluación y medición de resultados
para el proceso de coaching organizacional.
Universidad Nacionalel de Cuyo. Facultad de Ciencias Económicas.
Mendoza. Argentina.
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