IMPORTANCIA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL
AULA DE CLASE
La
Inteligencia Emocional según Salovey
y Mayer es entendida como "un tipo de inteligencia social que incluye la
habilidad de supervisar y entender las emociones propias y las de los demás, discriminar
entre ellas, y usar la información para guiar el pensamiento y las acciones de
uno". Para Goleman es la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar
estados emocionales en uno mismo y en los demás, él afirma “La inteligencia emocional es el talento básico para vivir feliz y
triunfar”.
Según
investigaciones recientes, los niños con una Inteligencia Emocional alta
aprenden mejor, tienen menos problemas de conducta, se sienten mejor sobre sí
mismos, tienen mayor facilidad de resistir las presiones de sus contemporáneos,
son menos violentos y tienen más empatía,
a la vez que resuelven mejor los
conflictos. Otra característica de los jóvenes emocionalmente inteligentes es
que tienen menos probabilidades de
recurrir a una conducta autodestructiva, (como drogas, alcohol, embarazo
adolescente), tienen más amigos, gozan de mayor capacidad para controlar los
impulsos y son más felices, saludables y exitosos.
La
experiencia muestra que para facilitar
el aprendizaje y la creatividad, es fundamental el desarrollo de la vida
intelectual tanto como de la emocional, porque no es suficiente contar con las
máquinas más modernas y las mejores instalaciones, si faltan la motivación, el
compromiso y el espíritu de cooperación. El desarrollo de la inteligencia está
muy ligado a la educación de los sentimientos, porque cuando la educación no
los incluye, no pasa de ser una simple instrucción. Por lo que, en el mundo de
la ciencia, en el ámbito empresarial y en la educación con más razón se está
empezando a tener en cuenta y a valorar, cada vez más, la denominada "INTELIGENCIA
EMOCIONAL".
Según
las investigaciones más recientes, la educación emocional y la psicología
positiva supondrán una verdadera revolución educativa en los próximos años. A
pesar de que la psicología positiva no surgió hasta el año 2000, cuando la
educación emocional ya tenía algunos años de vida, sus aportaciones deben
considerarse como uno de los fundamentos importantes en el estudio e
investigación de la primera. Son diversas las investigaciones que han
demostrado sus efectos positivos en las relaciones interpersonales, en la
disminución de la conflictividad, en el rendimiento académico y en el
bienestar.
En
el año 2000 tiene lugar uno de los hitos más importantes para el reconocimiento
de la necesidad de integrar la educación emocional en la escuela: el I Congreso
Estatal de Educación Emocional en
Barcelona. En éste se plantea que muchas de las conductas desadaptativas de los
alumnos de primaria y adolescentes tienen su origen en problemas de tipo
emocional.
En
los laboratorios de psicología experimental se ha comprobado, desde hace
tiempo, el efecto positivo de las emociones, incluso en aspectos de rendimiento
académico, como por ejemplo la
consolidación de la memoria, un aumento de la motivación, la curiosidad, las
ganas de aprender, una amplitud de la agudeza y profundidad de la
percepción e intuición.
Aunque
el proceso de concienciación sobre la necesidad de esta integración es lento,
en los últimos años y en la actualidad, se le está dando el reconocimiento que
se merece. Uno de los acontecimientos que dio impulso a este reconocimiento fue
el Congreso Estatal de Educación Emocional (Barcelona, 2000), en el cual se
planteaba que muchos de los comportamientos disruptivos de los alumnos tienen
su origen en problemas emocionales. Es por ello que conducir a los niños para
que aprendan a gestionar la propia vida emocional es un factor decisivo para la
socialización. (Abarca, 2003, p.108).
Otra
de las propuestas es la referida en el informe de la UNESCO de la Comisión Internacional
sobre Educación para el siglo XXI. Esta comisión se formó en el año 1993 con
Jacques Delors y catorce profesionales más de todas partes del mundo con el fin
de examinar los problemas que encontramos en la educación a nivel mundial,
establecer prioridades y ofrecer recomendaciones para la mejora e innovación
educativa. Una de ellas es la de sugerir la inclusión de nuevas asignaturas en
las escuelas, como el autoconocimiento y las formas de asegurar el bienestar
físico y psicológico.
Para
llevar a cabo con éxito sus funciones el maestro deberá hacer usos de
estrategias metodológicas acordes a esta nueva
exigencia emocional pues la
integración de cambios innovadores en la interacción profesor-alumnos obedece a
un doble objetivo, por un lado, el de evitar la rutina y por otro, aumentar la
dedicación al aprendizaje.
Según
la prestigiosa revista CHILD e importantes psicólogos y pedagogos son las
siguientes algunas de las estrategias para aplicar la IE en el aula son:
VALORAR siempre primero
los esfuerzos de los alumnos y luego trabajar sobre lo que hay que reforzar,
mejorar, corregir.
REFORZAR lo positivo tanto de ellos como de otras personas.
Dar a los niños la oportunidad de expresar sus CUALIDADES…
entre otras…
¿Posee usted las herramientas necesarias para aplicar la
Inteligencia Emocional en el aula? ¿Sabe usted que al aplicarlas puede aumentar
el rendimiento de sus alumnos? ¿Necesitas más información sobre este tema?
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